domingo, 19 de junio de 2011

Revolución sexual (III)

Aprovechando que me voy a ir unos días a descansar a zonas de la naturaleza bendecidas con el don de no tener red (bueno, tener, tienen, pero yo no se la he puesto), avanzo un poquito más la historia ésta y ya veré si la sigo con vistas a publicarla o la sigo compartiendo libremente para aquel a quien le guste, que ya  de por sí es de agradecer que alguien se lo lea. Vamos con ello:



Ziggy Stardick se desperezó lentamente, el tacto de las sábanas de seda marciana seguía resultando fresco y agradable a pesar de la orgía que se había desatado sobre ellas durante toda la noche, como una vociferante y húmeda galerna en alta mar. La enorme cama redonda que ocupaba todo el centro de la habitación empezó a despertarse paulatinamente cuando sus ocupantes fueron abriendo sus ojos o apéndices de visión uno a uno, como en una reacción atómica. Ziggy miró a ambos lados para ver las  suaves colinas de cuerpos desnudos que se movían con la pereza de los glaciares de montaña, inspiró la miríada de los distintos matices agridulces del sudor unidos a los lubricantes con sabor a frutas venusianas, el aceite aromático de los androides de compañía se mantenía en un segundo plano mientras el aroma del café de lujo que se acababa de hacer en la cocina llamaba a la puerta con modales ceremoniosos, pero con insistencia.
Ziggy Stardick, el actor porno más famoso de la vía láctea, dueño de productoras de cine X, de cruceros galácticos de placer, de planetas enteros dedicados al sexo y propietario de los derechos derivados de la palabra orgasmo, no podía ser más feliz. Vivía en un satélite artificial, rodeado a todas horas y en todas las habitaciones de las formas de vida más bellas que hubieran podido surgir de la selección natural o artificial, su harén, y guardia de seguridad, de vampiras piratas ninfómanas era la envidia de toda galaxia a la que llegara la noticia. La película basada en cómo había llegado a hacerse con el control de la flota pirata, tras ser abordado uno de sus cruceros de placer, había sido la más taquillera de la historia y lo seguía siendo día a día. Se le llegó a ofrecer el puesto de emperador del sistema galáctico, cosa que rechazó en directo en la holovisión, mientras mordía con pericia el cuello de la presentadora y su mano se perdía por debajo del plano medio aunque se podía adivinar con facilidad qué estaba haciendo, presentadora que al día siguiente se despidió y se apuntó a la religión que clamaba que la Vía Láctea no era más que una eyaculación del dios del sexo Stardick.
Un café, unas tostadas con mantequilla y mermelada (asombrándose de que quedara tras todo lo que se gastó anoche), un cigarro liado a mano por clones de una granja ilegal de órganos en Titán, a quienes él mismo había liberado, era todo lo que necesitaba para recargar energías y empezar a preparar sus próximos proyectos, a Ziggy le encantaba trabajar, ¡tenía el mejor trabajo de los sistemas conocidos!, sus películas gustaban a todos los públicos, se proyectaban en clases de educación sexual, no dejaban de ganar premios a todo festival que se presentaran, se entendían por cualquier cultura extraterrestre vagamente antropomorfa y eran objeto de tesis doctorales en las universidades más famosas de la galaxia. A veces pensaba que se escribían tantas tesis sobre ellas sólo con la esperanza de que asistiera en persona, con su séquito/harén/cuerpo de guardia y que la lectura de la misma se convirtiera de pronto en una orgía desenfrenada y sin parangón. El hecho de que más de una vez hubiera ocurrido seguramente seguía dando alas a los futuros doctores y elite intelectual del cosmos.
Ziggy tenía una capacidad fuera de lo común para hacer varias cosas a la vez, de hecho era una marca de fábrica en sus producciones, pero esta vez se detuvo brevemente al leer uno de los mensajes que le habían llegado al coreo oficial de su productora.

3 comentarios:

  1. Eh, eh! qué dice el mensaje? Esto no es fair play :(

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  2. Genial entrada!
    Por cierto, me encanta ver que en el futuro aún se desayunan tostadas con mantequilla y mermelada, café y cigarrito :)

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  3. Es que el futuro no es tan diferente de como nos creemos, Anouk. :-)
    Querido Anónimo, más que una falta de fair play es una manera de captar la atención (y de dar tiempo a que se me ocurra algo también, claro) :-D

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